Difícil es contar con las palabras necesarias para ser certera y clara. Un torbellino de confusiones agitó mi mente, me tomó de la mano con una fuerza plena y me hizo volar a un mundo de loca ilusión y de sueños de amor imposible.

Lograste hacerme revivir y despertar sensaciones dormidas hacía ya tiempo, que suponía enterradas muy adentro tras un grueso manto de rutina. Me había abandonado a la cómoda vida exenta de emociones, me había olvidado de cómo era estremecerse de cálido amor, cómo era volver a sentir mariposas en la panza y esperar con ilusión tu visita cada día.

Empero, el cruel mundo real nos separa. Un cruel mundo lleno de realidades dolorosas, que es incompatible con la fantasía loca de mi alma.

Y tras días de desear locamente ser feliz, hube de despertar... rauda, repentinamente... a un mundo desteñido.

Soy una irremediable enamorada del amor, de la poesía, de la ilusión, de la pasión.

En algún momento lograré quitarme la culpa por haber pensado lo prohibido, por haber exacerbado mis sentidos a un punto dulcemente incontrolado. Deberé quitarme la culpa por haberte besado en otros labios, por haberme quemado con vos desde otra piel, por haberte hecho el amor a través de otro cuerpo, por haberte recitado los versos más desesperados de pasión solitaria, por haber sido infiel en pensamiento, palabra, obra y omisión.

Una vez que logre despojarme de todo ello, sólo entonces podré declararme totalmente libre. En esa tarea me encuentro, pues... y pronto llegará el desenlace y la muerte de mis deseos... recién en ese momento recibiré la verdadera bienvenida al mundo real.

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