Mi Amo

Aquella noche viajamos juntos. Sólo estábamos tú y yo en ese compartimiento vacío del tren, sin embargo quisiste tomar asiento a mi lado.

Ya te había visto otras veces subir al mismo vagón abarrotado de viajantes, y cruzar nuestras miradas. Una breve inclinación a modo de saludo en las últimas ocasiones hizo crecer ese magnetismo que ya no pasaba desapercibido, al menos para mí.

Tu fuerte presencia masculina me envolvió mágicamente y fue animando uno a uno mis sentidos aletargados. ¡Esa sonrisa cautivadora! Sí, tu sonrisa… era capaz de hacer revivir las piedras del desierto, y mi inicial timidez se fue diluyendo.

-Linda noche, ¿verdad?- me dijiste.

-Pues sí, el cielo está totalmente estrellado- balbuceé.

-Mira la luna, qué redonda está- y diciendo esto te inclinaste sobre mí para señalarla.

Aspiré tu suave aroma a loción y cerré los ojos por un instante para disfrutarlo. No quería que te percataras de aquella sensación. No todavía.

-No nos presentamos… Soy Francisco.

-Y yo… Pamela- te extendí la mano. El contacto con tus dedos erizó mis vellos y una agradable electricidad me recorrió.

¿Cómo disimular aquel efecto? Jamás había vivido un momento como aquél, aunque sí había soñado con algo así, sin embargo no estaba preparada para afrontarlo con total dominio de mi ser. Estaba turbada… y tú lo sabías. Me gustaba descubrir que eras seductor, viril, amable, atento, educado… Mi mente volaba cerca de esa gran luna llena.

-Eres tan bella como tu nombre- me dijiste amablemente y yo no supe qué decir. Un simple ‘gracias’ hubiese bastado, pero me quedé muda, permitiendo que tus ojos me continuaran hipnotizando.

Miré mi reloj. Ya casi había llegado a destino, sólo me quedaban unos pocos minutos de viaje.

-Yo bajo en la próxima estación, ¿y tú?- me dijiste.

-¡Oh, qué casualidad! Yo… también- ¿sería casualidad o lo habías adivinado por mi ansiedad mal disimulada?

Llegó el momento de descender. Las calles estaban iluminadas por las luces del cielo, testigos de aquel galope enloquecido de mi corazón, y las recorrimos en silencio, sintiéndome insólitamente segura a tu lado, a pesar de que fueras un perfecto extraño para mí.

Hablamos de cosas banales, inciertas, que ya no recuerdo. Sin darme cuenta, había recorrido un largo trecho y ya estaba ante el portal de mi casa. Ninguno de los dos sabía gran cosa del otro, pero ambos descubrimos un contacto mágico, inexplicable, misterioso.

Convinimos en encontrarnos para compartir algún café y te anoté mi teléfono. Ya casi había recuperado el dominio de mí misma, cuando al tomar el papel, cogiste deliberadamente mi mano, obligándome a mirarte directo a los ojos.

-Escribiré mi número sobre tu espalda, voltéate- me ordenaste… y yo obedecí.

Con la yema de tu dedo comenzaste a dibujar, uno a uno, aquellos números… partiendo de mi nuca y continuando hacia abajo, a lo largo de mi torso, cuyo contacto me quemaba a través de la blusa. Una cosquilla sensual me acometió y me hizo vibrar, aflojando mis piernas y haciendo caer las barreras de lo políticamente permitido.

Supiste en ese instante que estaba entregada y que el deseo fluía a raudales por todos mis poros. No pude impedir que apoyaras tu cuerpo sobre mi espalda y me abrazaras… y en ese abrazo me susurraste al oído si podías ser mi Amo.

-Sí, sé mi Amo.

-¡Grítalo!

-¡SÉ MI AMO!

-Dilo otra vez- me exigiste.

-¡TE DESEO, MI AMO! Quiero... ser... tu... esclava…

Y allí mismo, en la calle de mi vivienda nos besamos. Me regalaste un beso dulce, sensual, apasionado, tormentoso, interminable, deliciosamente húmedo y profundo… a la vez que entrábamos en la casa.

Antes de quitarme la ropa, ya estaba totalmente excitada y desesperada por que me hicieras el amor, pero también sabía que el proceso apenas se había iniciado y te había designado amo y señor… Me sometería pues a ti, en una instancia en que jamás había sentido tanto deseo doloroso, tanta urgencia ni tanta humedad.

Fuiste un amante exquisito. Felino y delicado a la vez, tierno y salvaje. Transitaste con tu boca toda mi anatomía, de un modo excesivamente pausado, formando círculos sobre mi piel, desesperando aún más a la poca razón que me restaba. Me hiciste el amor como jamás me lo habían hecho antes… las luces de mi mente estallaron encandilando mi prudencia y mi conciencia, y ya no pude ni quise dejar de ser tu esclava.

Hoy, mientras viajo en el tren, te recuerdo y te espero… La próxima estación es la tuya…



(¡Gracias por el video, Touchè!)

23 comentarios:

EMBRUJADA dijo...

Guaauuu....eso de tener Amo por unas horas mola!...me ha encantado, me derrites en tu hoguera amiga!.

Besitos dulces

Embrujada.

Arkantis dijo...

Tremendoooo,vaya viajecito...

Besines

Susana Peiró dijo...

Ejem, ejem...Vaya, nunca se sabe dónde puede terminar un viaje!

Interesante experiencia Becca!!

Un abrazote chica sensualísima!

A.L.Zarapico dijo...

Encantador, pero...jejeje, discrepo en lo de tener am@, llámame clasico. Un besito.

ENCANTADORA DE DEMONIOS dijo...

Por unas horas esta muy bien ese juego de amo y esclava, si,si,si.
Me ha encantado tu relato, y sinceramente lo mejor seria que tardara en aparecer, verdad? el misterio y los recuerdos que jueguen su papel.jeje
Un besin linda, como siempre, MARAVILLOSA!!

kaisser dijo...

Mágico es el gozo cuando se viaja en el tren del placer; exquisito relato de una deliciosa esclavitud

Te beso hermosa Rebecca

DOMINA YOUR OBSSESION dijo...

ME ENCANTO TU RELATO, COMO SIEMPRE DULCE Y EXCITANTE REBECCA, PERO HOY ESPECIALMENTE YA QUE ESTA TEÑIDO EN PARTE DE LO QUE, COMO TU SABES, ES MI FORMA DE VIDA JUNTO A HERNAN.

TE DEJO UN BESO GRANDOTE

VIRGINIA.

Belén dijo...

Qué tendrán los trenes que siempre atraen tanto...

Y es que eso de amo-esclavo lo llevo fatal, pero es mas bien por un tema mío...

Besicos

Lydia dijo...

Y ahora cada vez que pasa un tren... volverá el recuerdo ¿no? jeje...
Preciosa historia.
Besitos

Rodrigo Fúster dijo...

"..Esa fragancia de almendras cubría por completo su rostro, al acercarme no pude evitar besar su cuello mientras ella me extendía sus brazos alrrededor del cuelo, la bese y soladamente deje que mis labios la recorrieran buscando bajo sus faldas esa fragancia que enloquecía mis sentidos... pero el aroma se mezcló con el néctar que sus piernas derramaban para ofrecerme su cuerpo como ofrenda..."

Don Juan De Marco.

Etèria dijo...

Feliz viaje entonces a tan deliciosa y tentadora estación.

Besos

Indra dijo...

Amo, solo por unas horitas...que luego se lo toman enserio ;)
Genial relato Rebecca, como siempre.
MUACKSSSSSSSS

Anónimo dijo...

Joder!!, nena. Uufff.
...


Ey
Ey
Ey
Para el carro.

Yo no te dije que si podía ser tu Ano, digo; Amo (en que estaría yo pensando), perra.
Mis palabras exactas fueron : "Seré tu Amo".
Que es una frase mas propia de un/a dominante
.

¿Ves?. Ahora tendré que castigarte, una vez mas, para hacer de ti una esclava como Lucifer manda.

Cuando llegue luego a casa, quiero que me esperes completamente desnuda; de rodillas y de cara a la pared, en el sótano; y junto a tus pies mi fusta de doma favorita (ya sabes a cual me refiero : la que está recubierta por hilo blanco y mango de cuero negro).
Esta vez la usaré con absoluta y total rotundidad. Como, por otra parte, tanto nos gusta a ti y a mí que lo haga.

Espero que en esta ocasión no te desmayes... Porque llegaré con hambre y sed de ti, y despues de azotarte pretendo degustarte hasta empacharme.

Pdta.: ¿Has entendido perfectamente las instrucciones?, ¿puta?.


Un besazo, provocadora -jajaja-

[:P ;)]

Rebecca dijo...

Touchè, le daré tu mensaje a Pamela, que es quien protagoniza la historia, vale?

A Rebecca le podéis seguir llamando clásica, romántica, soñadora, apasionada, pero no esclava... Mi corazón rebelde me lo impide ;)

Embrujada, Arkantis, Susana, Hydro, Encantadora, Kaisser, Virginia, Belén, Lydia, Don Juan de Marco, Belita, Indra... gracias y feliz cambio de estación.

Anónimo dijo...

Por primera vez anclé en tus playas y al recorrelas, sentí el fuego de la pasíon que quemaban mis pies bajo la arena . Espero vover a recorrelas y si me lo permites recorreré tambien cada rincón de tus silencios, tus pasiones de todos los sentires que habitan en tu alma.

Te dejo un beso y un sentimiento .

PD. De seguro ese viaje en tren ha de ser inolvidable .

Anónimo dijo...

wowwwwwww..pasional.......
besos
y feliz dia
Blue

Mary dijo...

Muy excitante tu texto, aunque se nota que fuera del juego tu alma es pasional de igual a igual, y que estos juegos son eso, juegos. A mí me resulta excitante el cambio de papeles, pero a modo full time y fuera de la cama, en la vida... tomo la iniciativa demasiado, cuestiono demasiado y critico más aún. Además, me sentiría presa y no sería feliz. A mí mis alas, que me las dejen libres.
besinos

A.L.Zarapico dijo...

Pasaté por mi blog, algo te está esperando, jejejej

Anónimo dijo...

Si deseas compartir escrituras artisticas, visita mis blogs. Saludo! Pd: y si ves o lees algo que te interese, nos hacemos seguidores.

protos669 dijo...

Hola Rebecca,

Por aqui hace un tiempo el eslogan de cierta campaña publicitaria del ferrocarril decia más o menos que coger (perdón, que viajar) en tren podia ser toda una aventura...Y ya veo que el eslogan ha echo fortuna...y algo más.

Muchos, muchisimos besitos quemados desde mi rincón.

Anónimo dijo...

De nada, locura.
Me encanta ver algo mío entre tus llamaradas.

Por cierto : Ese es igualmente mi tren favorito.
El que siemmmpre tomo.
El que me deja directamente en mi morada.

“La próxima parada…
La última…
Donde me apeo cada día…
Es la mía : El PUTO INFIERNO”.


Pdta.: Acertado tu cambio, al insertar el video al pie del post.
Mucho mejor que en la cabecera, desde luego.
Chapeau!!.

Un beso, cielo.
Mmmmmmm... que rico, joder!

Anónimo dijo...

...y en cada relato veo una imagen del deseo, de las ganas de lo que despiertas en mi...placer, vicio, lujuria...te deseo como se desean las cosas prohibidas...con ANSIEDAD !

Tu Fauno

Anónimo dijo...

I´m your master, i know now...