Esa mañana Celeste se dirigió al supermercado más grande de su ciudad, donde sabía que encontraría la variedad de elementos que necesitaba. Hizo una larga recorrida por los pasillos, con total tranquilidad, mientras seleccionaba cuidadosamente todo lo que formaría parte de esa velada especial. Era su primer aniversario de bodas.
Se había vestido y maquillado sensualmente, ya que quería prepararse por completo desde el inicio del día, sin dejar detalles librados al azar y haciendo partícipe a cada uno de los poros de su piel… todo debía resultar perfecto, y su disposición y su ánimo acompañaban cada movimiento.
Una vez de regreso, inició el mágico ritual…

Celeste era muy buena en la cocina, mas en esa ocasión se luciría como nunca desgajando frutas, batiendo masa dulce y salada, machacando almendras, desmenuzando ingredientes de enigmáticos olores y sabores, decorando y ambientando el lugar. Pero especialmente disfrutando de cada minúsculo pormenor.
Tomó un prolongado baño de burbujas, impregnó su piel con aceite de rosas, coloreó sus uñas de carmín y sus labios, de fresa rutilante. Y calzó sus tacos rojos.
Julio se sorprendió al llegar, pues las luces no estaban encendidas. Extrañado, apoyó el ramo de rosas que traía sobre una mesa y llamó a Celeste. Estaría quizás haciendo alguna compra pequeña, no tardaría en volver…
Llegó al comedor atraído por agradables aromas entremezclados y allí la encontró. La mínima llama de las velas apenas alcanzaba para distinguir los detalles, y pronto él adaptó su visión a la estancia en penumbras.
Sobre la mesa, extendida en toda su largura estaba ella. Si no hubiera sido por los triángulos de jamón y ananá que revestían sus pezones… si no hubiera sido por las frutillas almibaradas que palpitaban golosas sobre su ombligo… o por las trufas de almendra y miel que formaban un corazón sobre su pubis… o por los atrevidos bocaditos de roquefort que mimaban su vientre y su escote… si no hubiera sido por el bermellón de sus zapatos… hubiera podido decir que estaba totalmente desnuda. Y con un brillo felino en la mirada.
Él completó la decoración trayendo las rosas y acariciándola con ternura, buscó su boca húmeda, que se abría como pétalos sensuales para su hombre. Su lengua no podía ser más exquisita…
Con la botella de champagne que goteaba sudorosa entre los cubos de hielo y que acababa de descorchar, Julio regó sutilmente los pocos centímetros de piel que quedaban descubiertos… la noche recién comenzaba y le hicieron los honores, bebiendo y comiendo juntos de esa bandeja inolvidable de goce y de pasión.
Se había vestido y maquillado sensualmente, ya que quería prepararse por completo desde el inicio del día, sin dejar detalles librados al azar y haciendo partícipe a cada uno de los poros de su piel… todo debía resultar perfecto, y su disposición y su ánimo acompañaban cada movimiento.
Una vez de regreso, inició el mágico ritual…

Celeste era muy buena en la cocina, mas en esa ocasión se luciría como nunca desgajando frutas, batiendo masa dulce y salada, machacando almendras, desmenuzando ingredientes de enigmáticos olores y sabores, decorando y ambientando el lugar. Pero especialmente disfrutando de cada minúsculo pormenor.
Tomó un prolongado baño de burbujas, impregnó su piel con aceite de rosas, coloreó sus uñas de carmín y sus labios, de fresa rutilante. Y calzó sus tacos rojos.
Julio se sorprendió al llegar, pues las luces no estaban encendidas. Extrañado, apoyó el ramo de rosas que traía sobre una mesa y llamó a Celeste. Estaría quizás haciendo alguna compra pequeña, no tardaría en volver…
Llegó al comedor atraído por agradables aromas entremezclados y allí la encontró. La mínima llama de las velas apenas alcanzaba para distinguir los detalles, y pronto él adaptó su visión a la estancia en penumbras.
Sobre la mesa, extendida en toda su largura estaba ella. Si no hubiera sido por los triángulos de jamón y ananá que revestían sus pezones… si no hubiera sido por las frutillas almibaradas que palpitaban golosas sobre su ombligo… o por las trufas de almendra y miel que formaban un corazón sobre su pubis… o por los atrevidos bocaditos de roquefort que mimaban su vientre y su escote… si no hubiera sido por el bermellón de sus zapatos… hubiera podido decir que estaba totalmente desnuda. Y con un brillo felino en la mirada.
Él completó la decoración trayendo las rosas y acariciándola con ternura, buscó su boca húmeda, que se abría como pétalos sensuales para su hombre. Su lengua no podía ser más exquisita…
Con la botella de champagne que goteaba sudorosa entre los cubos de hielo y que acababa de descorchar, Julio regó sutilmente los pocos centímetros de piel que quedaban descubiertos… la noche recién comenzaba y le hicieron los honores, bebiendo y comiendo juntos de esa bandeja inolvidable de goce y de pasión.
Escrito por Rebecca para El Reino de las Letras Sensuales
y para La hoguera también ;)
y para La hoguera también ;)
22 comentarios:
Qué pasada Rebecca, hasta el último detalle! El romanticismo elevado al cubo!
Me ha encantado
Un besazo
Yedra
Precioso, erotico y lleno de simbolimos, me ha hecho recordar una cena de hace unos meses en las que prepare el postre sobre un hermoso cuerpo desnudo de mujer...fue un exitazo ;)
saludos
Ufff tremenda noche pasaron...una idea muy original..
Un besazo preciosa
me ha gustado mucho perderme por su blog,como siempre felicidades, reciba un saludo.
Me ha encantado la sensualidad y ese toque de romanticismo que has dejado en el relato..
Una velada preciosa has descrito..
Besos muy dulces y cálidos
Que cena, por diós!
Besitos
Danielle
PD: Me fascinan tus tacones rojos con brillitos,te lo había dicho?
Yedra, es que en el fondo soy una romántica incurable, jajaaa!
Eres genial, Catman! Yo he visto una decoración similar, pero sobre el cuerpo de un bello joven ;)
Arkantis, tremenda noche... pues sí!!!!
Suerte que eran pequeños bocados y pudieron disfrutar más de la bandeja ;)
Naturline, se agradece mucho su visita!
Cálida Sirena, el sensual romanticismo me inspiran cada día.
Gracias, preciosa!!
Danielle, no me lo habías dicho, pero lo imaginé, por eso no me los he quitado ;) jajaa
Besos para una diosa.
Mi querida amiga ,perdona que haya tardado tanto en venir a verte pero...ya sabes con las navidades "por medio" he estado muy ocupada jeje..
Te dejo miles de besos y te veo como siempre muy inspirada y con mucha hambre..jiji
Besos de tu amiga Embrujada.
Me gustó mucho, rebeca, pero mucho!
Besicos
que hambre me ha entrado ;)
lo ideal sería una velada así...en el décimo aniversario, año arriba, año abajo.
Besotes Rebecca
Exquisita son tus palabras como la sensualidad que te rodea. Debe ser fascinante recrear una y otra vez esa escena en la mente de su creadora.
Eres real, es real cuanto describes, pero hasta donde llega tu esencia mas creativa.
Besos y no dejes de sorprenderme.
A eso le llamo yo un festín.
Bon apettit.
Besos.
Que lujo y que dicha
M.
Wow! Eso se llama comida afrodisíaca!! :)
Pasa por mi blog que hay un regalito para ti.
besitos
Embrujada, estás disculpada por supuesto!
Adoro que vengas a probar los bocados, ¿te apetecen?
Muchas gracias, Belén!
Celebro que te guste mi receta exclusiva ;)
Besicos para ti.
Pues que así sea, Indra! Todos los años habría que celebrar.
Besos, mi niña.
Juan, intentaré seguir sorprendiéndote...
Gracias por visitar mi hoguera, y regresa, guapo ;)
Un festín inolvidable, Torito!
Pregúntale a él sino... jajaja!!
Verbo, creo que es más imaginación que lujo, pero sí una dicha enorme!!!!
Un beso, linda.
Te gusta la comida afrodisíaca, Malena? Es mi favorita ;)
Gracias por tus regalitos, ya me los traje a mi blog.
Besinhos!
Ah, bueno!
Y yo que me creía toda una entendida en gastronomía, casi, casi una sibarita!
Tengo mucho que aprender con Vos, Becca, por cierto, he tomado debida nota...
Gracias Amiga, por tu primera lección del 2009!
Besazo Diosa!!!
Rebecca
Como dice YEDRA, no se te ha escapado nada, romanticismo más que elevado al cubo, elevado a la enésima potencia, jajaja
Has dibujado magia llena de pasión y dulzura en tu relato.
A medida que leía lo vivía, esto hay que materializarlo sin pérdida de tiempo.
Besos Esclavos
Hernán{YOB}
feliz año un pokito tarde...saludos **CADECA**
Hola Rebecca,
Provocador, curioso y alimenticia celebración de aniversario. Eso si, bien regada, bien cocinada, bien aderezada y en buena compañia para disfrutarla más y mejor.
Ademas me encanta esta unión entre la gastronomia y el placer carnal.
Muchos, muchisimos besitos quemados (que hay cosas que ni con el año nuevo cambian) desde mi rincón.
la visita a tu hoguera siempre es gratificante, llena de sensaciones y siempre un placer para mis sentidos...
una sonrisa picara
Susana Sibarita, qué inmenso placer me da recibirte en mi hoguera!!!
Me han contado que eres una alumna de diez, no tengo dudas de eso ;)
Besos, princesa.
Hernán, materialízalo... no lo dudes ni un instante! Pasión garantizada, sentidos exaltados. Ahhhhh!!!
Felicidades, Cadeca! Gracias!
Protos, es que la gastronomía y el placer sexual tienen mucho en común! Es un deleite de los sentidos que conmueve, que seduce, que inspira...
Gracias, guapísimo!
Queridos amigos del Club de los Parados, si he logrado eso que me decís, me siento plenamente satisfecha!
Un placerrrr!!!
sensualidad y romanticismo que se desborda en cada letra...
hermoso post
besos
Blue
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