Viejos recuerdos la cercan como una tromba impiadosa, la agitan, la zarandean… le dan sosiego, la elevan, la transportan…
Sus manos se compadecen, haciendo ruborizar su piel de luna y provocando que su corazón se alboroce de repente. Su boca se entreabre, su respiración se excita, su mente se torna blanca… y sus sentidos claman ya por expresarse al unísono.
Esas manos acarician su propio cuerpo con suavidad y lentitud, miman sus piernas en sentido ascendente, pellizcan el botón urgente de sus senos, se detienen un instante en los rizos enmarañados de su pubis y… se atreven a explorar más allá, donde el néctar brota, caprichoso y persistente.
Oleadas de delicias suben y bajan acelerando el ritmo, buscando con su dedo el centro de aquella tormenta de fuego que se abulta y que explota y que la hace jadear..., perdida en la sabrosa nebulosa de su inconciencia. Y en ese punto el cuerpo se arquea, con una exhalación que reúne suspiro y ardiente lava.
La soledad desaparece por un instante… un dulce bienestar ocupa el espacio que ha invadido la tempestad, y cuando el volcán comienza a sosegar su calor, regresa la calma. La dama ostenta una bella sonrisa, al menos por unos minutos, dentro de su cautiva soledad…
6 comentarios:
Hola...
A mi me encanta contenplar ese espectaculo,,, es un momento especial...me gusta..gracias,,
Ummmmmmmmmm precioso!!!
Buena forma de olvidar por unos instantes la soledad.
Un besín.
Buen relato.
Trato exquisito.
Brillante descripción de un momento de auto-placer Rebecca. No faltó detalle!.
Incluso el de “viejos recuerdos”, que fuera de ese instante pueden dar origen a la angustia, pero que evocados para aumentar el goce, bienvenidos sean!.
Besos.
Rik
Hola, Danielle!
Tiene morbo esa mirada tuya, Pefipresa, no? ;)
Mi linda Encantadora, que al menos ese momento solitario sea sentido y pleno... ;)
Bienvenido, Toni, gracias!
Bienvenido, Ricardo. Un gusto recibirte en mi hoguera ;)
Besos para todos, amig@s!
Publicar un comentario